miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿Empatía mediática?

Hoy parece que los miles de muertos en el Medio Oriente son solo una noticia internacional, que los niños víctimas del sida son solo una cifra y que la foto ganadora del World Press Photo es solo una buena foto. La globalización y la mediatización de las noticias han tenido el efecto contrario a la lógica porque nos vemos tan saturados de imágenes e información que nuestra reflexión se parecería a la de Susanita, la amiga de Mafalda que después de leer el periódico dice: “ay… por suerte el mundo esta tan, tan lejos…”.Sin embargo, también es cierto que jerarquizamos la información, de hecho los "mass media", auto legitimados, lo hacen por nosotros, y así definimos lo que nos debe interesar, ya sea porque nos afecta local o regionalmente o porque se comercializa como un buen producto. Por ejemplo, las noticias de América Latina son prioridad sobre las demás y los realities se consumen como goma de mascar. Un hecho que ha tenido algo de localidad, determinado por la cercanía geográfica y la proximidad cultural y también ha sido tratado como un producto son las noticias de los secuestros en Colombia, todo su seguimiento y el hecho más reciente y memorable: la operación de rescate. Entonces, pese al aparente letargo sentimental que atravesamos, cuando existe disposición, logramos sensibilizarnos frente a situaciones específicas, en las cuales mientras más intromisión tengan los medios mayor será el grado de empatía que se crea.
Si se da mucha cobertura a determinado suceso o persona entonces aparecen vínculos de identificación y cercanía. En otras palabras, es necesario conocer para interesarse.

Si algo no se conoce es porque los medios no lo exponen y si no se conoce (es como si) no existe. Jean François Lyotard al respecto opinaba que los medios han transformado el conocimiento en servicios redituables de información. Lo que se transmite sobre los secuestrados de las FARC ha sido muy fraccionado pero tomó relevancia con el rescate nombrado Operación Jaque. Hasta antes, a menos que se haga una investigación, lo que se conocía era un montón de significantes vacíos: las fotos de Ingrid Betancourt (tratadas muchas veces con sensacionalismo o como diría Jean Baudrillard con la obscenidad de lo visible) tomas aéreas de la selva, imágenes de archivo, declaraciones de los mandatarios colombianos y una historia contada con esperanza de final feliz a la que Lyotard la calificaría de modernista. Por lo tanto, el fenómeno despertó nuestra compasión pero nunca se llegaron a construir vínculos emocionales sólidos.

Mientras más medios cubran el mensaje y más lo transmitan éste se volverá objeto de apropiación de la audiencia. Es como la intensidad en la promoción de un producto cuya publicidad está en todas partes, tarde o temprano lo reconoceremos o sin querer estaremos tarareando su jingle. Los secuestrados (ahora libres) no eran una noticia diaria especialmente porque llevaban años sin ninguna “novedad”. Para conocer el lado humano, o más bien dicho, inhumano de la situación se podía acceder a una revista o a una clase que traten el tema, pero eso no era para todos. Operación Jaque significó un flash informativo con un comunicado de prensa desde Colombia, otra vez solo significante y esta vez…flash. Una gran noticia: rescatados quince rehenes por operación militar, pero ¿cuándo los secuestraron?

Finalmente, la influencia de los medios alcanza niveles emocionales mediante la forma en que muestran sus contenidos. Es obvio que los medios editan lo que enseñan y lo que omiten por numerosas razones, además de cómo lo hacen. Con Operación Jaque en todas partes se menciono que se “neutralizó” a los guerrilleros en la aeronave, el término fue muy utilizado pero no es del todo claro. Federic Jameson hablaba de las superficies carentes de significado que suelen ser tomadas y reubicadas a lo que le dio el término de pastiche. Su argumento se evidenció cuando mientras en la tele se pasaba una pantalla dividida entre imágenes del reencuentro de los secuestrados con sus familias y los festejos en otros países como Francia que se alternaban con tomas históricas, en la radio escuchábamos las primeras declaraciones de Betancourt que terminaban con comentarios vaticinadores del locutor. A propósito, Betancourt calificó el operativo como algo surreal, siguiendo a Baudrillard, yo diría que por ser un simulacro a gran escala el término justo sería hiperreal. Entonces, la información se percibió de mil formas y los sentimientos no pudieron ser otros sino emoción y satisfacción. Una emoción de “bien por ellos” pero que no supera la que da el gol que lleva a la selección al mundial.

En conclusión, los medios están limitados, deciden si la información es escasa o abundante y nos la ofrecen casi siempre editada, es verdad. La información nos afecta según qué parte y con qué intensidad nos la muestren. El tratamiento de las noticias sobre los secuestrados en Colombia y la Operación Jaque es un ejemplo de intromisión mediática tibia con resultados tibios, osea con sentimentalismos que acaban cuando se cierra la revista o se apaga el televisor. Pero, en ese sentido, también habrá sucesos mediáticos importantes que inciten apegos más substanciales, empatía en mayor grado pero necesitarán insoslayablemente de la disposición emocional de quienes los consumen.

sábado, 22 de noviembre de 2008

La frase

¿Fumar mata? Vivir mata

viernes, 14 de noviembre de 2008

La frase

Adiós soltería, hola soledad

martes, 11 de noviembre de 2008

Lay all your love on me

Mamma mia es tal cual el musical. Película con fórmula y con canciones que se reconocen y gustan aunque no se tenga ni idea de Abba. Nuevos modelos-actores-cantantes. Esta bien para despegarse del suelo a la superficie.La historia mejor contarla con el musical videograbado y sin que cante James Bond! Esta es mi escena preferida. Parece un videoclip.

lunes, 10 de noviembre de 2008

El look


sábado, 1 de noviembre de 2008

La frase

Prefiero que me digas que me amas un poco a que me quieres mucho
 
Union Literaria