martes, 27 de enero de 2009

El Mito

Por aquellos dias era el dios sol el más iracundo de todos y su principal castigo era dejar de alumbrar y dar calor. Dioses y mortales andaban en la penumbra sin encontrar caminos para andar, ni razones para encontrarlos. Un día con aspecto de noche dos seres chocaron sin intención. La diosa era la hipérbole de la mujer más hermosa, tenía cabellos verdes,ondulados y salvajes. Él era un hombre más bien corriente. Era curioso que se hubieran encontrado en una planicie tan extensa como era Quito. En el encuentro se formó un mismo cuerpo de diosa y de hombre. Entonces, ella descubrió el poder más placentero, pero oculto por el astro mayor.
Desde aquel día buscó cuantos encuentros inintencionales pudo, si había algo de luz, ella cerraba los ojos para justificar la casualidad. Cuando el sol volvió, sus rayos iluminaron el pecado de la diosa. Y por ser ella empedernida, o él celoso, el sol decidió que ocultarse no era más que un capricho y les condenó a una pena eterna: los hombres de Quito no vivirían más en un llano, sino sobre empinadas cuestas y caídas, que eran las curvas de una diosa pecaminosa convertida en montaña.

1 comentario:

Mariah dijo...

el pecado es una forma de romper la extructura... culquiera que sea! Un verdadero pecado sería que una flor creciera boca a bajo....

 
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